LA IGLESIA APÓSTATA EN CAÍDA LIBRE - por Paul M Hanssen

LA IGLESIA APÓSTATA EN CAÍDA LIBRE

Por Paul M. Hanssen

Ya no puedo callarme. En las últimas semanas, durante las celebraciones de la Pascua, muchas iglesias han celebrado sus conferencias y convenciones anuales. He observado una tendencia notable en las publicaciones y videos compartidos en línea por iglesias de todo el mundo. Se menciona muy poco sobre la Palabra de Dios o de lo que el Espíritu está hablando. Al mismo tiempo, se centran mucho en las presentaciones, la música, los cantantes, las luces intermitentes, el humo, los videos y los gritos exagerados de los líderes. En la mayoría de los casos, percibo falta de unción, ausencia de la presencia de Dios, ausencia del mover del Espíritu y una aparente falta de quebrantamiento y humildad ante el SEÑOR.

Algunos podrían acusarme de juzgar. Sin embargo, con este artículo, no estoy juzgando ni acusando. ¡Más bien, estoy lanzando una advertencia! Mi advertencia no proviene de mala voluntad ni de retórica religiosa, sino de la Palabra de Dios. Que la aceptes o la rechaces no cambia la verdad divina que se nos presenta en las páginas de la Palabra inspirada de Dios. La iglesia moderna se encuentra en un estado terrible de reincidencia, tibieza, apatía, sequedad y rebeldía. Incluso las iglesias que tradicionalmente han profesado la "experiencia del fuego pentecostal" se han enredado en la engañosa red de las representaciones teatrales, adoptando las tendencias del mundo mientras expulsan a Dios y su santa presencia de la iglesia.

No es popular aferrarse a los valores de la Verdad. Por lo tanto, en lugar de pagar el precio del rechazo y sufrir las consecuencias de pararse en la brecha por la Verdad, los líderes de la iglesia se han apartado de los caminos tradicionales de la justicia para complacer a las masas y atraer multitudes que buscan entretenimiento y placer. Esta tendencia es a la vez repugnante y desgarradora. ¿Es de extrañar que Dios advirtiera a esta era de la iglesia que, a menos que hallara arrepentimiento, vomitaría de su boca a esta generación de “cristianos” tibios? (Así que, por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.) (Apocalipsis 3:16).

La iglesia moderna es apóstata. La gente no quiere oír eso. Tales palabras causan incomodidad, punzando la conciencia con espinas de convicción.

Nadie os engañe en ninguna manera; porque ese día no vendrá sin que antes venga la apostasía… (2 Tesalonicenses 2:3a).

La palabra “apostasía” lo dice todo. Significan retroceso, divorcio, deserción, abandono y separación. Es como si la iglesia moderna se hubiera divorciado del esposo y amante de su alma. Ella se ha alejado y desertado al “otro lado” al abrazar las mentiras, el engaño y las artimañas de los poderes demoníacos enviados desde el infierno para matar y destruir. Ha sustituido lo real por lo falso.

Una de las características de la iglesia apóstata de la nueva era, del fin de los tiempos, es la sustitución de “Lo real” con “lo falso”. Cuando la iglesia pierde lo auténtico, trabaja incansablemente para producir una semejanza con lo real. En tiempos del Antiguo Testamento, el Señor llamó a esta práctica “ofrecer fuego extraño”.

Y Nadab y Abiú murieron cuando ofrecieron fuego extraño delante del Señor. (Números 26:61) (véase también Levítico 10:1-2, Números 3:4)

Nadab y Abiú eran hijos de Aarón, el sumo sacerdote. Ocupaban importantes y prominentes puestos de liderazgo y ministerio dentro de la casa de Israel como miembros del sacerdocio.

La palabra hebrea para extraño es zoor, que significa no autorizado, ajeno, profano y adúltero. El fuego ofrecido con el incienso sagrado por Nadab y Abiú no provenía del altar del sacrificio, que contenía fuego que descendía del cielo. Dios había instruido que el incienso debía liberarse únicamente con fuego tomado del altar (Levítico 16:12). Además, el liderazgo sacerdotal tenía la responsabilidad de santificarse ante el SEÑOR y glorificar su Nombre en su servicio ante el pueblo. Nadab y Abiú fallaron en todos los frentes en este aspecto.

Entonces Moisés dijo a Aarón: «Esto es lo que el SEÑOR dijo: Seré santificado en los que se acercan a mí, y seré glorificado ante todo el pueblo». Y Aarón calló. (Levítico 10:3)

Los escenarios del mundo eclesial actual están llenos de Nadab y Abiú. El verdadero fuego del cielo no estará presente sin un altar ocupado por un sacrificio. En otras palabras, el verdadero fuego es costoso; requiere obediencia, exige sacrificio, implica esperar en Dios y requiere altruismo. Es más fácil crear fuego extraño que esperar en Dios. Es más emocionante producir sonidos atmosféricos y vistas que estimulen los sentidos carnales de una audiencia, en lugar de inclinarse ante la presencia de Dios en humilde sumisión, mientras esperamos que Él envíe Su fuego y Su gloria sobre Su pueblo.

La iglesia moderna se encuentra en un camino de caída libre y destrucción. Mientras tanto, un clamor de medianoche emana del trono de Dios. Se ha emitido un llamado de atención. En este momento, pocos han escuchado el llamado. No es popular apoyar a quienes abrazan la Verdad. Es un precio muy alto rechazar la corriente dominante a favor de la voluntad de Dios. La iglesia apóstata los etiquetará de legalistas, intolerantes, religiosos y fanáticos. Pero, ¿Es ésto nuevo? Los primeros cristianos también fueron perseguidos y ridiculizados por oponerse al sistema de creencias popular a favor de abrazar a Dios, su Palabra, su presencia, poder, unción y favor.

Despierten, pueblo de Dios. Ahora no es momento de ser perezosos. Más bien, «Y esto, conociendo el tiempo, que ya es hora de despertar del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos» (Romanos 13:11).